"Pintar es un modo de amar, y amar significa darnos desesperadamente a nosotros mismos". ("La muerte lenta", p. 32).
El otro día la escritora Almudena Mestre escribió esa frase en su muro
de Facebook, con esa fotografía. Sonreí al ver su post. En los últimos
días he hablado con mi hijo sobre este libro. Ha decidido que ya es hora
de leer las novelas de su padre y ha empezado por la primera que
publiqué, en 1995. De "La muerte lenta" ha destacado su carácter místico
/simbólico. Me ha dicho que necesita
volverla a leer por segunda vez. Todavía tiene que responder a algunas
preguntas que le han surgido. Lo interesante es que, a medida que pasaba
las páginas, me iba comentando cosas, lo que originó un diálogo
divertido, complejo, atrevido, sincero, profundo, con el que yo he
aprendido más que él.
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