viernes, 28 de septiembre de 2018

¿Los libros hablan entre ellos cuando se quedan solos?

Hace un par de semanas Almudena Mestre entró en una librería de viejo del barrio de Chamberí, en el centro de Madrid, llamada Ábaco Libros Usados. Y se encontró con "La paz de febrero", la tercera novela que publiqué en el año 2006. Observé unos instantes la foto que me envió, y más que pensar en mi novela lo hice en los libros que la acompañaban. ¿Qué se habrán dicho entre ellos todos estos años? ¿Se habrán contado las historias que llevan en su interior? ¿Se caerán bien? ¿Se tomarán de vez en cuando algún café, como el que me estoy tomando yo en este hotelito tan bohemio del centro de Roma?

Unos días después el escritor Vicente Quijano, al que conocí en la última Feria del Libro del Retiro de Madrid a la que se acercó para llevarse mis "Cuentos de los otros", escribió un post donde contaba que estaba haciendo una mudanza y tenía que desprenderse de unos 500 libros que le habían acompañado en su vida. Comentaba que mis cuentos se quedaban en buenas manos, los de su hija.

¿Coincidirán algún día esos dos libros en un estante? ¿Se contarán sus cosas "La paz de febrero" y los "Cuentos de los otros"? A lo mejor se toman un Gelato, como el que me tomé yo ayer por la tarde. Si algún día los veo juntos les diré que la vida no es mucho más que tomarse un "Cioccolato" mientras atardece.

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