Llevo un tiempo leyendo a Jacques Lacan, en particular los elementos de su "tópica", lo real, lo simbólico y lo imaginario.
Estudiar a este mítico psiquiatra y psicoanalista francés, que
incorporó a sus ideas teóricas la lingüística estructuralista, la
filosofía y la matemática, me ha llevado al esloveno Slavoj Žižek y
este, a su vez, al francés Nicolas Bourriaud. El primero es filósofo,
psicoanalista y actual director del Instituto Birkbeck de la Universidad
de Londres. El segundo es conservador,
crítico, curador e historiador de arte, y fue director de la Escuela
Nacional Superior de Bellas Artes de París. Además, gracias a ellos me
he dado una vuelta por el Nudo Borromeo que en el post de ayer llamé
"cuadrado" para pensar un poco en el arte contemporáneo.
El lenguaje es lo simbólico, las imágenes lo imaginario y lo real lo
que no puede estar representado ni por lo imaginario ni por lo
simbólico. Lo real es una cosa y la realidad es otra. La realidad surge
para los seres humanos a través del lenguaje desde que nuestra madre nos
nombra. En el fondo esto también tiene que ver con la antropología de
Lévi-Strauss.
Leo, subrayo, interpreto, relaciono, no dejo de hacerme preguntas, y vuelvo al principio, a leer e intentar comprender los secretos de este enigmático mundo de la creación artística.
Lo que me fascina es pensar que el futuro es mío.
Leo, subrayo, interpreto, relaciono, no dejo de hacerme preguntas, y vuelvo al principio, a leer e intentar comprender los secretos de este enigmático mundo de la creación artística.
Lo que me fascina es pensar que el futuro es mío.
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