La literatura está por todas partes. Me gusta este lugar y saco una fotografía. Se me ve abajo, en pequeñito, pero estoy, siempre estoy, como el Pierre Bezukhov de "Guerra y Paz" de León Tolstoi, con el que me identifico, aunque a Audrey Hepburn no se la vea. La vida para Pierre es algo serio, una misión ética que debe llevarse a cabo conscientemente, y por eso no se detiene ni se calma jamás. Desde este punto de vista me recuerda con una apariencia madura a otros personajes del propio Tolstói como serían el Nikolenka de "Infancia, adolescencia y juventud", el príncipe Nejliúdov de "La mañana de un terrateniente" y el Olenin de "Los cosacos", o sea, al propio escritor, como un evidente representante ruso de las ideas de Rousseau. A Pierre le atrae la mística que lleva al perfeccionamiento ético del ser humano (una pretensión cuya fuente literaria puede encontrarse en el alemán Karl von Eckarthausen). Pierre es un hombre pacifista e ilustrado, que ve en Napoleón al libertador democrático de Europa, antes de desengañarse cuando contempla la batalla de Borodino y el comportamiento de las tropas francesas en las zonas ocupadas (como le sucedió también a Beethoven). El príncipe Andrei, que ha perdido a su esposa en el parto del hijo, es un militar y diplomático que, salvado de morir por los médicos de Napoleón, lucha en una guerra militarmente perdida con la abnegación de un país capaz de arrasar sus propias ciudades y cultivos para no dejar nada valioso en manos del enemigo. El polo alrededor del que gira todo es, por supuesto, Natasha (Audrey Hepburn), la muchacha que descubre a la vez el amor y la guerra. Si al principio asiste a un desfile con la ilusión y la traviesa impaciencia de una niña, al final actúa como la mujer de la casa y toma las decisiones para la reconstrucción en ella de su vida familiar.
A Audrey no se la ve en la foto que saqué ayer, pero también está. Siempre me han gustado los finales felices y que el chico y la chica se besen. Todavía me acuerdo de la primera vez que vi la película siendo un crío con mi primo Paquito en un cine que ya no existe. Las personas y las cosas pasamos, pero estoy seguro de que algo queda en el inconsciente colectivo:
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