En realidad le llegó hace unos días a su casa, pues lo compró hace tiempo por Internet a la editorial, incluso antes de ser editado, y se fue a hacer esta foto al parque de El Capricho de Madrid. Y, desde que lo ha recibido, Almudena Mestre no ha dejado de leerlo, con el fin de desentrañarlo y comprenderlo. Creo que ya se lo ha leído dos o tres veces, y eso que son más de 300 páginas. Y ya que hoy es 1 de septiembre y comienza el curso, me gustaría compartir con mis amigos el link que me ha enviado Almudena, antes de ayer, con la contraportada que ha escrito la propia editorial, donde se explican las claves de un libro que define buena parte de mi visión sobre la literatura y la vida. Ahí se puede incluso comprarlo:
https://www.pageseditors.cat/ca/un-hombre-que-se-parecia-a-al-pacino.html
La contraportada dice lo siguiente:
“Sabemos que el cine inventó la ciudad de París y que antes lo hicieron los pintores y los bohemios”. Así inicia Justo Sotelo su andadura en el prólogo. De golpe París se alza en el punto de referencia ineludible en el tratamiento de temas tan importantes y complementarios como la literatura y el cine. De la mano del escritor, de una manera desenfadada, En este ensayo fragmentario, de tintes postmodernos, compartiendo con el autor el primer café de la mañana, vamos a recorrer los mundos de la amistad cómplice entre dos artes que han caminado paralelas desde el descubrimiento del cine por los hermanos Lumière. La literatura alimentó el cine en sus inicios y ha continuado inspirándolo a lo largo del tiempo, aunque ahora el cine, de manera paradójica, alimenta la literatura y la inspira a su vez.. Esa escritura que le lleva hoy a engarzarse con el cine presentado por Balbín en la La Clave, o con la poesía y el magnetismo del profesor de "El club de los poetas muertos", o el polifacético trabajo de Woody Allen, dejándose mecer por las sinfonías de Mahler, la filosofía de Kant y Platón y por el inconfundible paisaje de la ciudad de Madrid, marco incomparable del más puro amor. De la cotidianidad emergen los hilos que tejen esas relaciones entre la literatura y el cine, descubriendo sus profundas raíces y su razón de ser, a lo largo de un recorrido heteróclito, variado y plural que le llevan a comprender la magia de una relación pletórica de realizaciones y de simbolismos, fuente de inagotable riqueza. El fin último es "espacializar" el tiempo, jugando con las estaciones del año y un continuo viaje entre el pasado y el presente.
Justo Sotelo nació en Madrid. Este profesor universitario, catedrático de Política Económica, es además licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, y máster en Estudios Literarios. En 1995 publicó su primera novela, "La muerte lenta", y dos años después, "Vivir es ver pasar", que fue finalista en los premios Sésamo y Ateneo de Sevilla. En 2006 vería la luz "La paz de febrero". Sucesivamente, ha publicado las novelas "Entrevías mon amour" (2009), "Las mentiras inexactas" (2012) y "Poeta en Madrid" (2021) donde realiza un viaje al centro de la creación literaria, del propio hecho creativo, los ensayos "Los mundos posibles en las novelas de posguerra de Manuel Rico" (2012) y "Los mundos de Haruki Murakami" (2013) y dos libros de microrrelatos "Cuentos de los viernes" (2015) y "Cuentos de los otros" (2017).
La ilustración de la cubierta es un fotograma de "El filo de la navaja" (E. Goulding, 1946).
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Ya contaré más cosas de este nuevo libro poco a poco. Aquí hay muchas músicas que llenan mi vida. Mi septiembre empieza con Chopin:
https://www.youtube.com/watch?v=ecC7fjnFiuk
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