"En mi vida jamás pensé que tendría mi propia casa y dormiría en mi propio kang".
La humilde y sencilla Ma y el tímido Cao han sido expulsados de sus familias y obligados a contraer un matrimonio concertado. Cao es demasiado viejo para que una mujer se enamore de él y Ma tiene párkinson e incontinencia urinaria por lo que camina encorvada. Por ello tendrán que juntar sus fuerzas y crear un hogar en el que poder sobrevivir. En medio de la adversidad, comienza a nacer entre ellos un vínculo, ya que tanto Ma como Cao, en una clara sintonía con los "ciclos" de la Tierra, construyen su refugio. Es una historia sobre el amor eterno entre los seres humanos, con una escena concreta que se me quedó grabada en la memoria, cuando ella dice la frase que he puesto al principio, al estar acostumbrada a que la pegaran y a dormir en el establo de su familia. Desde el principio ella se había dado cuenta de la bondad de Cao, le dice también, cuando vio en casa de sus padres con qué cariño trataba al burro. El animal será el tercer personaje de esta bellísima película dirigida por un tipo de 40 años que se llama Li Ruijun y que nació en Gansu, China. Ruijun empezó a estudiar pintura y música con 14 años; en el año 2003 se graduó por el Instituto de Gestión del Ministerio Nacional de Radio, Cine y Televisión de China. Ha dirigido 6 largometrajes, que tienden a centrarse en la relación entre los seres humanos y la tierra, y en la actitud del mundo rural hacia la familia, la vida y la muerte en una China que se transforma con suma rapidez (me recordó la idea de "La España vacía", de Sergio del Molino). En China no ha gustado la película.
Estas son unas escenas:
En definitiva que una tarde madrileña de verano otoñal te puedes ir al norte de China, cerca de Mongolia, y llenarte de humanismo y de poesía viendo una película que me recordó "Dersu Uzala" (1975), de Kurosawa, y aquel cine sencillo, lento y profundo que aprendí a entender en los Alphaville con las películas de Imamura, Fassbinder, Rohmer o Tanner. "El regreso de las golondrinas" ganó en 2022 la Seminci de Valladolid, y me parece que solo se proyecta en 4 cines en toda España. Al salir de los cines Renoir no llovía, y recordé que hace años formé parte de un tribunal de tesis que analizaba este festival con cierto detalle. En aquella época impartí un máster en la Universidad de Valladolid durante varios años sobre la "economía de la cultura" y estuve en otros tribunales de tesis que estudiaban los museos de pintura y escultura de la ciudad. Aunque yo era quien tenía juzgar su calidad, reconozco que aprendí mucho arte con su lectura.
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