viernes, 20 de septiembre de 2019

"La vida es un asunto romántico".

Una de las ventajas de las novelas cortas es que se pueden releer en poco tiempo; si además tienen calidad, no se olvidan nunca. Esta noche me he dormido tarde releyendo la historia de Jay Gatsby, un tipo que se hizo a sí mismo, un triunfador multimillonario que a la vez es un perdedor. Estamos en los locos años 20, tras el dominio del "cosmopolitismo" al que puso fin la Primera Guerra Mundial y la recuperación de las ganas de vivir, bailar y reír. También de la hiperinflación y la deuda pública para pagar la guerra. Como cuento a mis alumnos, será un periodo muy interesante que termine con al crack del 29 y continúe con la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces el capitalismo se reinventará de nuevo también a sí mismo, como el propio Gatsby, con su enigmático pasado. Desde joven Scott Fitzgerald lo tuvo todo y lo perdió todo, pero mientras eso ocurría escribió una novela inmortal que le hubiera gustado escribir al mismísimo William Faulkner, por lo que sé del Premio Nobel.

Como Scott Fitzgerarld, yo también he pensado siempre que la vida es un asunto romántico, en la que se puede bailar una música como esta:

https://www.youtube.com/watch?v=F5y0hSqO48U

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