sábado, 28 de septiembre de 2019

"Los latidos del corazón".

Me gusta escuchar los latidos del corazón de la gente, igual que me gusta mirarlos a los ojos. Es una forma de vivir y escribir, de dar clase, de pensar y pasear, de meterse en una exposición o en el interior de un paisaje que no has visto nunca, parecido al que veo ahora mientras amanece dulcemente. Es la manera de cruzar la calle a esa persona que lo necesita o quedarse sentado en un banco mientras alguien se te acerca para charlar porque le gusta cómo vistes o simplemente porque ese día todavía no ha hablado con nadie. Las personas necesitamos hablar unas con otras y escucharnos los latidos del corazón. Es lo mismo que ocurre con las obras de Rachmaninov. Anoche la pianista de un Café perdido en la inmensidad del tiempo estuvo tocando algunos fragmentos. Cada vez que pulsaba una tecla del piano, yo era capaz de escuchar los latidos de toda la Humanidad.

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