Hubo una época en que me
llamaban "yuppie", es decir, joven con estudios universitarios, que vive
en una ciudad y tiene un trabajo de alto nivel y una situación
económica privilegiada. Sin embargo, llegó un momento en que esto me
aburría, dejé de ser un "broker" o algo parecido y me dediqué a dar
clase en la Universidad. En este lugar la gratificación no es económica.
No tiene precio que un antiguo alumno te reconozca en cualquier parte y
se acerque a ti con una sonrisa para comentarte que sigue recordando tus clases.
Esto volvió a ocurrirme una vez más ayer al mediodía.
Había quedado a comer en la Escuela Diplomática de Madrid, un lugar que está casi al lado de la casa donde vivió el poeta Vicente Aleixandre, y se me acercó Miriam Verdejo (en la foto junto a Patricio, un profesor de Filosofía que es uno de mis amigos íntimos). Acaba de aprobar las Oposiciones para Diplomática, como ha ocurrido con otros de mis ex alumnos. Dentro de poco estará llevando sus conocimientos y simpatía por medio mundo. Y yo sabré que habré colaborado una vez más, aunque solo sea mínimamente, a aplicar esos conocimientos y sobre todo mi forma de mirar y ver la vida la vida.
Había quedado a comer en la Escuela Diplomática de Madrid, un lugar que está casi al lado de la casa donde vivió el poeta Vicente Aleixandre, y se me acercó Miriam Verdejo (en la foto junto a Patricio, un profesor de Filosofía que es uno de mis amigos íntimos). Acaba de aprobar las Oposiciones para Diplomática, como ha ocurrido con otros de mis ex alumnos. Dentro de poco estará llevando sus conocimientos y simpatía por medio mundo. Y yo sabré que habré colaborado una vez más, aunque solo sea mínimamente, a aplicar esos conocimientos y sobre todo mi forma de mirar y ver la vida la vida.
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