En la tertulia on line del Café Gijón de ayer por la tarde recorrimos Europa para hablar del pasado, pero haciéndolo del presente, de la emigración y los refugiados, de los absurdos nacionalismos, de ese lugar hacia el que caminamos los europeos, y por ende el mundo en general.
"Del silencio", de Sergi Bellver, es una obra escrita primorosamente, en primera persona, una novela elegante y ambiciosa, clásica en el mejor sentido de la palabra, pero también comprometida con este tiempo que nos ha tocado vivir. Es una historia repleta de guiños y homenajes a escritores como Camus, Márai, Kristof, Hrabal, Kafka, Céline, y es una declaración de amor a la música con autores como el húngaro Hubay, Liszt, Beethoven, Strauss, Brel, Charlie Parker, Elvis Presley o Shostakovich. Empezó hablando Pepo Paz, continuó el editor de este libro, Eduardo Riestra, y a continuación lo hicieron en una sucesón admirable de conocimientos e inteligencia Antonio Tello, Demetrio Fernández, Javier del Prado (que aludió a los casos de otros escritores nómadas como el vizconde de Chateaubriand y Rousseau, similares a la vida que lleva el propio Sergi), María José Muñoz Spínola, Mariwán Shall (mi hijo me recordó después que le encantó su comentario sobre ser un "nómada interior"), Almudena Mestre, Peter Redwhite, María Rodríguez Velasco o Silvia López. Yo me referí a la musicalidad de la prosa de Sergi y aquí nos detuvimos unos momentos. Esta novela lleva la música incorporada en cada una de sus páginas, en las reacciones de los personajes y el propio autor, un tipo admirable, dialogante, coherente y honesto, además de divertido.
Antes de irme a clase escucho una de las páginas de la novela, algo que le ocurrió una vez al protagonista en el cine viendo una película que le recordó al amor de su vida. Esta película tiene la media hora más hermosa de la historia del cine, una historia que cada ser humano debería vivir al menos una vez en la vida, en una cabaña perdida, con el amor:
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