miércoles, 23 de febrero de 2022

"The Big Sleep".

Howard Hawks dirigió la película, Sid Hickox realizó la fotografía, la banda sonora fue de Max Steiner, y Bacall y Bogart aparecieron en la pantalla. A partir de la novela de Raymond Chandler, tres de los más brillantes guionistas de Hollywood -entre los que se contaba William Faulkner- adaptaron este clásico del género negro en el que el detective Philip Marlowe es contratado por un general millonario y excéntrico para solucionar los turbios asuntos en los que se han metido sus dos hijas. 
 
Ayer por la tarde tuvimos otro "sueño" parecido en la tertulia on line del Café Gijón con la novela de Juan Tena "Abril en Manhattan". Así Bogart, Bacall y Malone podrían haber interpretado a Jorge, Karlee y Angélica, una profesora universitaria madrileña, hermana de uno de los miembros del grupo de jazz que aparece muerto en extrañas circunstancias, que pide a su viejo amigo Jorge, periodista español afincado en Nueva York, que indague lo sucedido. Jorge Martín es una especie de "álter ego" del autor (su segundo apellido es Martín, y el nombre un homenaje a Jorge Luis Borges). Su desconfianza a la versión de la policía marca el arranque de su investigación. Había otras cosas que preocupaban a las autoridades, pues "las protestas por la guerra de Vietnam se agudizaban. La Universidad ya era un hervidero donde estudiantes y toda clase de movimientos juveniles, pacifistas, hippies, beatnik, psicodélicos... se manifestaban a diario" (p. 121). En el emblemático club Stonewall Inn, que está regentado por Johnny "Head", propiedad de la familia Genovese, Jorge inicia sus pesquisas. Al final es el azar el que resuelve el caso, en la línea del azar y de las casualidades habituales en la literatura de Borges. Otra de las influencias en esta novela de Juan Tena es la pintura de Edward Hopper (en la segunda foto he puesto uno de sus famosos autorretratos) y la soledad del mundo norteamericano, extensible a otros lugares, y la figura de Bogart en el cine de Hawks sobre las novelas de Chandler. Hablamos de todo esto, de la relación entre la escritura de un periodista y la de un escritor "per se", y yo me lo pasé muy bien escuchando a Javier del Prado, Eduardo Larrocha, Francisca Arias, María José Muñoz Spínola, Antonio Tello, Mariwán Shall y al resto de tertulianos.
 
¿He dicho alguna vez que lo que me gusta es que la vida sea como una película, y vivir este tipo de escenas en una librería de Madrid, París o Nueva York?
 
Y por supuesto mantener diálogos como este con la chica. En cierta época de mi vida me gustaba ir al hipódromo a cenar y tomar una copa, y hasta hacía apuestas sobre el caballo ganador:
 

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