Esta mañana, entre clase y clase, me di una vuelta por la cafetería del edificio A de Filología para desayunar un café con leche y una barrita con mantequilla y mermelada. Hacía tiempo que no quedaba con una escritora bastante conocida con la que estudié Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Me quería contar "cotilleos" del mundillo literario de este país, sobre premios, amoríos y esas cosas tan aburridas, ya que ella suele estar al tanto de todo. La verdad es que no somos nadie. También hacía bastante tiempo que no veía tantos libros en las manos de los jóvenes. En todas las mesas había un libro, por lo menos, e igualmente en los pasillos, sentados en el suelo, por el jardín junto a las esculturas de Omar Kayam, Ortega y Cela.
Mi amiga y yo terminamos tomando el sol entre las páginas de un libro y escuchando esta música que venía de un coche. Tan solo se trata de ser felices, que es gratis:
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