"¡Eres la primera mujer del primer día de la creación. Eres la madre, la hermana, la amante, la amiga, el ángel, el diablo, la tierra, la casa! ¿Por qué has venido acá? ¡Vuelve a América, hazme el favor! ¿Entiendes? ¿Qué voy a hacer ahora?”, le dice Marcello. Ella lo mira y sonríe divertida. Bailará con otros y, ante un desaire de su novio, se marchará acompañada de Marcello. Le espera la noche romana, un gatito blanco, unos callejones solitarios y la Fontana di Trevi. Le espera, sin saberlo, la inmortalidad.
Ayer dos jóvenes norteamericanas me dijeron que les recordaba a Marcello, el de "La dolce vita" de Fellini. Luego me preguntaron si había una pizzería buena cerca de la fotografía.
En seguida comenzó a sonar esta música:
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