martes, 1 de agosto de 2023

"Waterloo".

A las 11:30 del domingo 18 de junio de 1815 se lanzó el asalto. Las tropas francesas se concentran en las granjas de Hougoumont y La Haye Sainte. La lucha se prolonga. Y es necesario pasar por encima de los cadáveres que se acumulan en el suelo para subir al ataque. A pesar de los esfuerzos de los franceses, la línea del frente sigue impenetrable. La infantería británica resistió brillantemente. A media tarde llegan muchos soldados. Napoleón cree que son los refuerzos del mariscal Grouchy, aunque en realidad son los hombres de Von Bülow, lugarteniente del prusiano Blücher. Los enemigos son cada vez más numerosos. Napoleón lanza la carga de la Guardia Imperial. Está seguro de que los aliados no podrán resistirse a los veteranos de sus brillantes campañas que se han vuelto legendarios en toda Europa. Pero ante el contraataque enemigo, el ejército francés entra en pánico y la Guardia se retira. Sobre las 20:15, Napoleón ordena la retirada. A las 10 de la noche los vencedores Wellington y Blücher se encuentran en Sainte-Alliance rodeados de sus hombres. Esta batalla de Waterloo puso fin a los "siete siglos" de hostilidad entre Francia e Inglaterra y terminó con la epopeya napoleónica de una vez por todas. El emperador regresó a París el 22 de junio de 1815 y abdicó por segunda vez en favor de su hijo. Un mes después de su derrota, se rindió a los británicos que lo desterraron a Santa Elena, una isla perdida en medio del Atlántico, donde murió el 5 de mayo de 1821. El cuadro que he compartido es de William Sadle.
 
En realidad no sé si estoy hablando o no de política, pero sí sé que me voy a poner a cantar esta canción de Abba mientras me tomo el primer café de la mañana y me acaricia la brisa del mar:
 
Se lo dedico a mi amigo Eduardo Sotillos Palet, que me ha inspirado este texto gracias a sus escritos en las redes sociales de los últimos días. Eduardo fue ministro portavoz del Psoe con Felipe González, así como director de RNE y de un programa de música clásica que recordaré siempre, entre otras cosas. Es una especie de "memoria" desde la Transición hasta la actualidad. Lo traté bastante cuando mi amigo Antonio Carmona me invitó como catedrático para asesorar al Psoe de Madrid en las sesiones en un edifico en Callao e incluso me pidió que presentara un libro a su hijo. Poco después Carmona estuvo a punto de ser alcalde de Madrid. Por cierto ayer me estuve bañando en una playa de nudistas en la que estuve con él hace unos años. Habíamos ido a un Congreso y yo di una conferencia. En el mismo sitio anoche John Malkovich interpretó una obra de teatro. La verdad es que lo que más me gusta es ir en pelotas por la vida.
 

 

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