Me dijo ayer Mayte García de la Fuente una de las lectoras modelo o ideales (como diría Umberto Eco) que todo escritor querría tener. Vive en Peñafiel, Valladolid, tiene un "Club de Lectura" y ha escrito la lista de los 65 libros que ha leído este 2023. "Un hombre que se parecía a Al Pacino" ha sido el último del año, después del "Elogio de la infelicidad" de Emilio Lledó y de "El coronel no tiene quien le escriba", de García Márquez. Ahí veo a algunos escritores amigos y a otros que no me hubiera importado conocer, como Proust, Dante, Plath, Zambrano, Rulfo y Oé. Escribí a Mayte para agradecérselo y entonces me dijo: "He disfrutado muchísimo con tu libro. Eres un aristócrata de la cultura".
Ayer estuve comiendo en un restaurante que está en la 8ª planta de un edificio; el ascensor llega hasta la 7ª y a partir de ahí se sube por una escalera de caracol, que es donde me saqué la fotografía con Pacino en la mano (me acordé de que no tenía ninguna foto con el libro). Y ya que soy un "aristócrata", mientras subía las escaleras recordé los versos del Tenorio de Zorrilla: "Por donde quiera que fui, / la razón atropellé, /la virtud escarnecí, /a la justicia burlé, /y a las mujeres vendí. / Yo a las cabañas bajé, / yo a los palacios subí, /yo los claustros escalé, /y en todas partes dejé / memoria amarga de mí".
Hoy, mirando el mar, me quedo con aquello de subir a los palacios y me dan ganas de ponerme a bailar un vals, que solo puede ser este, por lo de aristócrata y por lo del concierto de Año Nuevo, y además dirigido por Barenboim:
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