Ayer por la mañana, después de clase, me fui a dar una vuelta por Alcalá de Henares. Y nada más aparcar el coche me encontré por la calle con la poeta Cristina Penalva, a la que aprecio mucho. Me estuvo hablando de su último libro de poemas, "La palabra invisible".
Yo estaba muerto de frío porque había salido a la calle con mi jersey roto (en el bar se había quedado el abrigo junto al vermú del aperitivo porque no había cobertura y quería hablar por teléfono con unas amigas tertulianas que se van a París).
En fin, quiero terminar diciendo que le hablé a Cristina de lo especiales que somos los escritores y entonces me dijo:
"Tú, Justo, el especial eres tú".
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