Papá Noel sabe que soy muy bueno y me regala muchas cosas, como luego harán los Reyes. Entre ellas me ha traído la voz de mi amigo de toda la vida José Ramón Cano recitando un relato de mi último libro, "Wagner y los veranos de mi adolescencia".
Algunas navidades adolescentes las pasé en La Adrada, en el Valle del Tiétar, al pie de la Sierra de Gredos (las fotografías son del otro día paseando por allí). A veces me iba a leer al castillo en ruinas de tiempos de la Reconquista (segunda foto), y me imaginaba historias de rimas y de leyendas como las de Bécquer, algunas de las cuales conté en mi primera novela, "La muerte lenta" (1995), y han servido para varios relatos de mi último libro, como el que lee José Ramón. A veces me subía con la bicicleta hasta lo alto de la sierra (tercera foto) y me lanzaba desde allí hacia abajo, físicamente y al interior de mí mismo.
El castillo se reconstruyó hace un tiempo y terminaron mis lecturas medievales, pero la música se quedó en mi alma:
No hay comentarios:
Publicar un comentario