¿Cómo queremos que se nos recuerde?
¿Cuántas generaciones se fijan en nosotros pasado el tiempo?
¿Para qué servimos los escritores?
Presina
es una excelente narradora que mezcla con acierto la ficción y la
realidad. Nos conocimos personalmente en 2022, aunque ya había leído algunos de sus libros. Esa tarde me había sentado a esperarla en la terracita
del Círculo de Bellas Artes con el objeto de presentar su libro "Arde Prometeo"
junto al actor y cantante Toni Zenet cuando se acercaron dos jóvenes
argentinas con unas cámaras y nos preguntaron que si podían sacarnos unas
fotografías. Tras hacerlo nos pidieron nuestros nombres, como si fuéramos unas celebridades. Les
habíamos parecido muy "fashion", por lo visto. Nos dijeron que se llamaban Mariana y
Delfina, y se encuentran a la izquierda en esta foto que nos sacó un
camarero, con Presina en el centro.
Me gusta escuchar a Zenet, un tipo bien majo que canta muy bien, con mucho estilo:
Como buena historiadora Presina domina los hechos reales de la
historia de España y universal, y yo le agradezco que me cuente la vida
de una familia, que podría ser la suya, entre Málaga y Argentina. Y que
lo haga literariamente a través de un viaje en barco de regreso a
España, a partir del diálogo entre la
protagonista, Asunción Portela, y una mujer que aparece en su vida,
Jordana Alonso, donde se habla de los padres, los abuelos y otros
miembros y amigos de la familia, lo que me llevó hasta mi infancia para
recordar una serie mítica de la BBC, "La saga de los Forsyte", de
Galsworthy. Me convence su juego con el "pacto de ficción" que aprendí
de Vargas Llosa, entre otros ensayistas, como la propia credibilidad de
la historia. Algo así es lo que tiene la literatura contada en primera
persona, que necesita "hechos, pistas, signos" que la autentifiquen, y
Presina lo consigue lanzándose de cabeza a la literatura mezclada con la
realidad, que sabemos que no es siempre la verdad. Gracias a eso,
detecto sin dificultad la estructura de los principales elementos de una
novela bien construida y pensada, el autor, el narrador, la fábula, el
tiempo, el espacio y el discurso. La autora incide con este libro, de
nuevo, en un pasado en el
que escarba en todos sus libros (incluso en los de poemas), y en
ocasiones se convierte en la figura del "autor implícito" que tanto me
gusta descubrir cuando leo. Aún recuerdo la primera novela que leí de
ella, "No dejes de buscarme", y me
dije que ahí había una buena escritora. Y aprendo muchas cosas, ya que
la curiosidad es una de las cualidades que procuro mantener para ser
feliz. Aparecen la Acción Católica de la Mujer, la Campaña del Desierto
en la Pampa argentina, el Expediente Picasso, la Fundación de la Liga
Patriótica Argentina, la Zwi Mygdal e incluso el obrero Radowitsky. Y
voy de Azaña a Maura y Primo de Rivera pasando por Romanones e Yrigoyen,
para que entre medias se inmiscuyan los miembros de las familias Durán y
Portela, cada uno de los cuales podría haber protagonizado su propia
historia, porque cada uno llevamos una novela escrita en nuestra piel,
con las alegrías, tristezas y distintos acontecimientos. Todos podemos
ser héroes durante unos instantes, y eso lo sabe bien Presina, y por eso
la creo, a ella como autora y a ella como narradora en la figura de
Asunción con apellido de soltera o de casada. La vida es una travesía,
como las novelas de Presina.
Acierta, además, con el aire nostálgico de su narración, y con el título, un verso del tango "Volver", de Gardel:
Es posible que todo consista en volver al pasado para ordenar nuestro presente, y entenderlo.
Preciosa y precisa reseña de esta nueva obra de Presina Pereiro, con aroma de buena literatura. La leeremos pronto. Enhorabuena y abrazos.
ResponderEliminarEres un encanto de hombre y de poeta. Un abrazo
EliminarSí Preciosa y Precisa reseña de la nueva obra de nuestra querida y apreciada Presina Pereiro.
EliminarFelicidades!!!