sábado, 17 de mayo de 2025

"Paseando por el Retiro una tarde de primavera".


 
Todas las personas tenemos un parque del alma. Eso lo dice uno de mis personajes, pero no recuerdo en qué novela. El mío es el Retiro. No me ha ocurrido con las Tullerías y los Jardines de Luxemburgo, a pesar de que adoro París, ni con el Hyde Park, el Central Park o con cualquier otro parque que haya podido conocer a lo largo de mi vida. De alguna forma mi vida podría resumirse en los paseos que he dado por este parque del centro de mi ciudad. Ahí me encuentro siempre el estanque de las barcas (que es mi mar particular), el monumento de Alfonso XII, el Palacio de Cristal, y la cantidad de besos que he derramado sobre sus bancos de madera. Me imagino que a nadie le parecerá mal que yo sea un cursi romántico de Chamberí, un barrio de Madrid, la ciudad más bonita del mundo y la capital de "nuestra querida España", mientras Cecilia canta en el Retiro de mi infancia y yo sigo recorriendo sus caminos:
 
Y llego hasta el Palacio de Cristal donde tanto he leído, soñado y enviado flores por primavera:
 

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