Antes de ayer me corté el pelo y Luis, mi peluquero, se empeñó en que nos sacáramos una foto. Después me fui de paseo. Reconozco que siempre estoy de paseo, callejeando el mundo, por la literatura, la música y las películas, por las aulas de la Universidad y las calles de las ciudades. De esa forma describo cómo paseo por las miradas de mis alumnos a través de la sonoridad del último poeta callejero y los carteles en los que Maná anuncia un concierto a finales de junio, mientras riegan las calles e invento novelas donde él y ella terminan amándose en la última página de la Plaza Santa Ana, y que a lo mejor se llaman "Las mentiras inexactas", cuando las mangueras riegan las baldosas bañadas en cerveza y tú sales al balcón del último piso del hotel más literario de Madrid cubierta solo con una sábana, esa de la que nos hablaba Lorca con su "clavo y canela" del deseo, sin ningún prejuicio.
Son las alas de la mariposa y el deseo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario