jueves, 8 de mayo de 2025

"¿Los italianos y argentinos son más seductores que los españoles?"

 
Es lo que afirmó casi a las ocho de la tarde una de mis encantadoras alumnas del máster que he estado impartiendo las últimas semanas en la Universidad sobre Geoestrategia y Medio Ambiente, y terminó ayer. Fueron muchas horas seguidas, pero lo pasé estupendamente, como siempre. En cierto momento mis alumnos me preguntaron qué haría si fuera multimillonario, y, después de pensármelo durante unos instantes y citar varios destinos exóticos y artísticos del mundo, les dije que "estar aquí, hablando con vosotros", con alumnos de Italia, Argentina, Uruguay, China y España. Y les recomendé que leyeran al filósofo alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, al que le han dado el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, que reivindica la buena vida frente al capitalismo e hiperconsumismo. Después de hablar del litio y del futuro de Argentina, salió el asunto de la comparación entre los países y entonces mi alumna argentina, de abuelos italianos, dijo que los argentinos y los italianos tenían un atractivo especial que los hacía encantadores, bastante más que los españoles. Ahora me tomo el primer café de la mañana, estoy hecho polvo de tantas horas de clase, pero sonrío y escribo. La fotografía es de antes de ayer en un jardín pequeño y romántico del centro de Madrid. Otra cosa que comenté ayer a mis alumnos es que nunca he entendido las fronteras de este mundo, puesto que todos venimos de aquella señora de África de hace tanto tiempo (las exposiciones de mis alumnos sobre Etiopía, el Sahel, China, España y Noruega fueron excelentes).

La encantadora coordinadora de mi máster siempre dice que soy un presumido, sobre todo por mi forma de moverme y caminar, así que vuelvo a sonreír pensando que, aunque soy madrileño, como Dios manda, toda la vida me han confundido con un italiano y me gusta bailar canciones de George Michael:
 

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