viernes, 9 de agosto de 2019

"Agua", de Koleka Mutuma.

Si esta poeta de 26 años no viviera en Sudáfrica la invitaría a mi tertulia del "Café Gijón". Y mientras tanto los blancos, ricos y triunfadores, no dejamos de preguntarnos si la literatura "de verdad" va a desaparecer. Esta es una poesía de jóvenes del siglo XXI para jóvenes de todas las edades y de cualquier siglo, y yo soy un afortunado por poder leerla.

"Agua".

"El recuerdo de ir a la playa en vísperas de Año Nuevo
lo comparto con primxs y la mayoría de quienes crecieron siendo Negrxs.
Cómo nos prohibían los ancianos meternos mucho en el agua
para reírnos y chapotear con medias negras
y bolsas de plástico del Shoprite envueltas alrededor de nuestras nuevas extensiones,/
nos prohibían montar la ola
por miedo a que fuéramos a ser una masa de negritud barrida por la marea
para nunca volver,
como la basura.
Los ancianos nos lo prohibían como si el océano tuviera una intoxicación alimentaria./
A menudo me pregunto por qué siento como si me ahogara cada vez que miro mar adentro,/
eso y sentirme increíblemente pequeña.
Y a menudo oigo ese chiste
sobre cómo la gente Negra no sabe nadar,
o que le da miedo el agua.
Se burlan de nosotrxs
y a menudo nos hemos burlado de nosotrxs también
por limpiarnos la cara con las manos de esa forma cuando salimos del agua./
Compáralo con cómo lo hacen ellxs, en plan Vigilantes de la playa,/
y nosotrxs tan rudxs con nuestras posturas y rizos.
Pero cada vez que nuestra piel se sumerge,
es como si las cañas recordasen que una vez fueron cadenas,/
y el agua, inquieta, querría poder escupir a la orilla a todxs lxs esclavxs y los barcos/
enterxs como cuando embarcaron, zarparon y naufragaron.
Sus lágrimas son lo que hizo salado al mar,
por eso arden nuestros iris cada vez que metemos la cabeza./
Cada
16 de diciembre,
24 de diciembre,
31 de diciembre
y 1 de enero,
nuestra piel re-traumatiza al mar.

Se burlan de nosotros
por no ser capaces de tirarnos a algo que fue instrumental en el intento por ejecutar nuestra extinción./
Para vosotrxs, el océano es para tablas de surf, barcos y bronceados/
y todas esas cosas divertidas que hacéis en él con vuestros bañadores y gafas de buceo./
Pero nosotrxs
hemos venido aquí a que nos bauticen.
Hemos venido aquí a despertar el otro mundo.
Hemos venido aquí a purificarnos.
Hemos venido aquí a conectar a nuestrxs vivxs con lxs muertxs./
Nuestro respeto por el agua es lo que habéis llamado miedo./
Tenéis el valor de vendernos y matarnos a través del agua
y luego burlaros de que le tengamos miedo.
Tenéis el valor de llegar por el agua e invadirnos.
Si esta tierra fuese en verdad vuestra,
resucitad los huesos de los colonizadores y utilizadlos como brújula./
Y dejad de usar cuerpos Negros como guía turística
o recinto de vuestra auténtica experiencia africana.
¿No estamos cansadxs de bailar para vosotrxs?
¿De dar vueltas y cantar cuandos nos mandan?
¿No estamos cansadxs de reunirnos como una masa de negrura/
para expiar nuestra mera presencia aquí?
Para rogar a Dios que nos salve de una guerra que no empezamos./
Para manifestarnos por una causa causada por la intolerancia de nuestra existencia./
Levantar las manos para que no nos disparen.
Levantar las manos en misa para rezar por protección,
y aun así nos disparan también ahí
con las manos levantadas.

Invadir os sale de forma natural.
Así que también habéis venido a robarnos nuestros templos./
También habéis venido a asesionarnos en prisiones.
Eso tampoco es nuevo.

Hay demasiadxs blancxs por ahí haciéndose pasar por Dios.
Hay demadiadxs blancxs por ahí haciendo el trabajo de Dios./

Y este Dios suyo me ata un nudo en el estómago.
Siempre hemos tenido una relación complicada él y yo.
Este Jesús de ojos azules y pelo rubio al que seguía en catequesis/
ha tenido a mi gente postrada ante un cielo blanco y patriarcal,/
postrada ante un Cristo, su hijo, y 12 discípulos.
¿Cómo sabemos
que los discípulos no eran maricas,
la Santísima Trinidad un triángulo amoroso raro y retorcido
y el Espíritu Santo, transgénero?
Pero solo elegís entender las escrituras que sirven a vuestros fines./
Os habéis tomado la libertad de colonizar el concepto de Dios;/
le disteis a Dios un género, un color de piel,
y un nombre en un idioma que tuvimos que contornionar la boca para pronunciar./
Blasfemia es envolver la esclavitud en evangelio y llamarlo libertad./
Blasfemia es tener que ver a lxs mixs usar el mismo evangelio para esclavizarse unxs a otrxs./
Desde los días de Elías, nos han construido para arrodillarnos ante la blanquitud,/
y ni siquiera estamos segurxs de si los días de Elías existieron,/
porque quienquiera que escribió la Biblia no nos incluyó./
Pero preferiría existir en ese libro sagrado sin Dios
que en los libros de historia que no contaron la verdad.
Sobre nosotrxs.
Para nosotrxs.
En nuestro nombre.
Si teníais que escribir vuestras historias,
deberíais haberlo hecho en las lenguas de nuestras madres,/
las que cortasteis cuando les disteis de comer un nuevo idioma./

Nunca damos nuestro consentimiento./
Aun así nos piden que comamos con los opresores
y les sirvamos perdón.
¿Cómo,
cuando los únicos ingredientes que tengo son el dolor y la ira?/

Otrx (que es como yo) murió hoy.
Otrx (que es como yo) fue asesinadx hoy.

Que ese sea el tema de conversación en la mesa
y podamos todxs después lavar con amnesia esta comida amarga./

Y después irnos a nadar.
Solo por diversión.
Solo por diversión".


("Amnesia colectiva", pp. 101-104).

(No me resisto a poner este video donde la poeta recita el poema, aunque no tenga subtítulos. Me gusta escuchar también la reacción del público: 

https://www.youtube.com/watch?v=UGdqcEKlGhw)

1 comentario:

  1. Un poema de una fuerza increíble. Eso es deconstruir las narrativas hegemónicas y descolonizar la mente.

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