sábado, 10 de agosto de 2019

Una mañana de verano con Bach.

Amanece con dulzura, abro Facebook y mientras me tomo el primer café de la mañana leo los comentarios de mis posts, los de ayer y los de los últimos días, ya que a veces se me pasan, y ya que los pongo lo mínimo que puedo hacer es responderlos. Y me quedo con las palabras de Marie-Josèphe Pastré relativas a la pequeña historia que conté el otro día sobre "2001" de Kubrick.

Ella se pregunta si alguien conoce hoy en profundidad a Homero y Ulises, y añade que Nietzsche les fue prohibido cuando eran jóvenes y Wagner no está bien visto. Estamos presenciando una disminución de los estudios de las humanidades en las nuevas generaciones, continúa. Paradójicamente, protegemos los sitios naturales o patrimoniales en el mundo, por parte de la Unesco, que por supuesto es muy bueno. Pero no se hace nada por la riqueza literaria, añade. Y ella lo dice desde Francia, seguramente el país más culto que nos queda (esto lo añado yo).

Me tomo otro café y escucho lo que tocaban el otro día en la calle estos chicos de la fotografía. Hay algo que nos une a ellos y a mí. Supongo que no es necesario que le guste a nadie más:

https://www.youtube.com/watch?v=mGQLXRTl3Z0




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