sábado, 31 de agosto de 2019

"Gracias, Justo Sotelo, por empujarnos a tu mundo".

Mis amigos escribís preciosos comentarios cada día en este muro. Ayer me quedé con esta frase de Carmen Arroba, que está a mi izquierda en la foto mientras entregábamos un premio de escritura a una jovencísima escritora en un colegio de Barajas, y yo con mi jersey deshilachado que compré en una tienda gay de Sitges. El jersey provocó muchos comentarios entre la gente. 

La frase de Carmen es muy corta, pero me ha hecho pensar un buen rato. Mi mundo es normal y corriente. Un par de cafés por la mañana y luego la Universidad. Antes y después un poco de música, cine, literatura, filosofía, arte, ciencia, aviones, muchos aviones, y también una dosis considerable de sentido del humor. Y champán, por supuesto. (Me habría gustado añadir que sé cocinar y arreglar enchufes, pero confieso que Dios no me llevó por tales mundos). No sé quién se empeñó en dibujarme una vez una sonrisa perpetua en la cara, tanto de alegría como de ironía y sorpresa ante las cosas que veo y leo por ahí. Supongo que mi mundo es como el mundo de la mayoría de la gente; por eso mientras me tomo el primer café del día vuelvo a pensar en la frase de Carmen. Recuerdo cuando con 7 años y casi 38 de fiebre me puse un abrigo sobre el pijama y convencí a mi primo (que había ido a visitarme) para que nos fuéramos a la calle de paseo. Quería acercarme, además, al quiosco de un par de calles más abajo para cambiar unos tebeos, ya que los últimos los había leído varias veces. Mi madre nos cogió por la escalera y, cariñosamente, nos impidió llegar hasta el portal de casa.

Ahora que lo pienso, también recuerdo la tarde en que fuimos a la fiesta de cumpleaños de una amiga y cuando ya nos íbamos se acercó mi amiga para decirme que su madre, de más de 90 años, se había pasado todo el tiempo mirando mi jersey de Sitges y pensando que me lo tenía que coser, que así no debía salir a la calle.

Lo que no recuerdo es si por fin cambié los tebeos. De haber tenido tiempo habría dicho a la niña de la foto que seguro que, entre otras cosas, empecé a escribir para contar si había devuelvo o no los tebeos. Y que en mi mundo entra y sale el que quiere. Lo único que se trata es de salir diferente a como se entró.



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