miércoles, 11 de marzo de 2020

"Una tertulia en el Café Gijón con el escritor uruguayo Rafael Courtoisie que casi me pareció uno de los cuentos de El Decamerón".

Boccaccio terminó de escribir "El Decamerón" en 1353. Diez jóvenes (siete mujeres y tres hombres) se refugian en una villa en las afueras de Florencia para huir de la epidemia de peste bubónica (negra) que golpeó Florencia en 1348. Con el fin de entretenerse, cada uno cuenta una historia en cada una de las diez noches que pasan en la villa. Y así surgirá uno de los libros más influyentes de la literatura universal, que habla de la inteligencia humana, la fortuna y el amor. Ayer faltaron varios de los tertulianos habituales, debido a un virus posmoderno que quiere apoderarse del mundo, pero aparecieron nuevos rostros, como David Pérez Vega, un enorme crítico literario, y otras personas de las que ya iré hablando. Nuestro Boccaccio particular fue un encantador Rafael Courtoisie. Hablar con él (los tertulianos le hicimos todo tipo de preguntas sobre teoría literaria y la situación actual de la mismísima literatura) es un absoluto placer, y más aún escucharle hablar de su propia obra (novelas, libros de poemas y ensayos) y por extensión de la literatura universal. Rafael es profesor universitario y eso se nota en su manera de expresarse, además de ser uno de los principales escritores uruguayos de la actualidad. 

Y hablamos de todo.

El tiempo y el espacio, Rubén Darío, García Márquez, Vargas Llosa, Vallejo, Gómez de la Serna, el Poema del Mío Cid, Crimen y castigo, la influencia de los espacios público, privado e íntimo en la narrativa tradicional, a los que tendríamos que añadir el espacio virtual de Internet que de alguna forma se está apoderando de todo (Rafael y yo somos amigos virtuales en esta red social desde hace tiempo) y debe plasmarse en la literatura de esta época. Y la forma de mirar. La forma en la que el poeta mira la vida y la manera en que lo hace el narrador. Es curioso que Rafael insistiera en el hecho de que yo miro la vida como un poeta, cuando siempre repito que no soy poeta gracias a Dios. En fin, yo seguía con mi afonía y no pude hablar todo lo que hubiera querido. Por eso escuché mucho, y miré también mucho. Miré en busca de la mirada poética de Rafael Courtoisie.

Es la mirada poética de la vida.




2 comentarios:

  1. Gracias Justo. Ha sido una sorpresa, que viniendo de tí, creo que la esperaba. Poder seguir leyéndote a traves de tu blog, significa mucho para mí. Me ha parecido muy interesante y es cierto que todo lo que proceda de la Universidad,se nota. Siempre me lo dijeron.Hay muchas frases sobre eso como el paso por la Universidad..., la segunda generación de universitarios...
    Catedrático de Universidad siempre ha sido una profesión muy considerada, y conseguir llegar a serlo, conlleva años de mucho estudio, licenciatura, Doctorado.. y siempre seguir investigando y aprendiendo. Gracias Justo. Un abrazo.

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  2. Gracias por tus palabras, Mercedes, eres muy amable. (Si no te parece una indiscreción, me gustaría saber quién eres exactamente). Un abrazo.

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