Hace un momento esperaba en un semáforo para cruzar la calle de la
foto. Junto a mí un niño tiraba de la chaqueta de su padre para que se
acercaran a la tienda y le comprara unas chuches. Una bolsa de caramelos
y otra de gominolas, unas barritas de regaliz, chicles, palomitas,
patatas fritas y todo eso. Los médicos insisten en que son malas para la
salud; provocan caries, obesidad y malos hábitos en los niños. Mientras
cruzaba la calle pensé en otros niños que estaban lejos de allí. He
leído que algunos se autolesionan para llamar la atención de su vida
precaria y otros incluso llegan al suicidio cuando les separan de sus
padres y sus raíces, y todo lo que ven y esperan es desolación y
miseria.
Desconozco si en los campos de refugiados como el de Moria, en la isla de Lesbos, habrá tiendas de chuches.
Desconozco si en los campos de refugiados como el de Moria, en la isla de Lesbos, habrá tiendas de chuches.
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