Hablamos de los celos que siempre han tenido a Galdós tantos escritores españoles, empezando por los escritores del 98 y siguiendo con los de generaciones posteriores. Seguramente, la esperanza no sea lo último que se pierde, sino la vanidad, sobre todo entre escritores y artistas en general. Galdós no solo fue un magnífico escritor, sino que tuvo mucho éxito a lo largo de toda su vida. Se puede decir que aportó a la literatura española las visiones realista, naturalista y fantástica que triunfaban en otros países. Y junto a Clarín y Pardo Bazán formó un trío de grandes escritores y grandes críticos.
Hablamos de las cuatro mujeres de su vida, Lorenza Cobián (que fue el modelo de Fortunata), Emilia Pardo Bazán, su gran amor durante dos años, hasta que ella tuvo una aventura con Lázaro Galdiano, Concha Ruiz Morel (modelo de Tristana) y Teodosia Gandarias, con la que estuvo más tiempo y que supuso un amor más sereno.
Y hablamos de las traducciones de Galdós, del Galdós republicano, católico y anticlerical, de Galdós y el cine y los cafés (también fue tertuliano del Café Gijón y el Universal), del coleccionista de arte y del músico. Galdós fue un enamorado de la música de Bach, Mozart y Beethoven, sobre todo de este último.
Mucho se ha hablado del Galdós en una España en blanco y negro, cuando si se leen sus novelas se observa que escribía literatura en color. Siempre defenderé sus Episodios Nacionales, que me enseñaron a entender tantas cosas. Y es que, como dijo Germán Gullón, si un español no lee a Galdós, no entenderá la España actual.
Me gusta tanto la música como a Galdós, y me voy a dar clase escuchando su obra favorita de Beethoven, además con una excelsa Janine Jansen al violín:
https://www.youtube.com/watch?v=LQ5vciYlfk8
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