La tertulia "on line" del "Café Gijón" de ayer por la tarde resultó espléndida, como es habitual a lo largo de su historia, y porque además contamos con un escritor comprometido que analizó su novela "Insurrección" (2019) en profundidad y respondió con cortesía y generosidad a todos los tertulianos que desearon preguntarle. Desde el principio Ovejero "amuebló" su novela para nosotros, con los personajes, el espacio de una emisora de radio en Madrid y una casa ocupada, este tiempo de crisis económica tanto exterior como interior de todos los personajes, la técnica del lenguaje utilizado, con multitud de voces, etcétera. Nuestro catedrático de literatura Javier Pérez Bazo señaló desde Toulouse que observaba la sombra del escritor a través de la pantalla de Zoom, y eso nos dio pie para dialogar sobre el papel de la sombra que suele acompañar a un escritor y que de alguna forma también escribe cuando lo hace el propio autor. Los comentarios de Germán Gullón, Almudena Mestre, Mariwan Shall, Demetrio Fernández González, Ana María López (acaba de editar un cuento a Ovejero en Anaya Touring y aparece en la segunda foto) o José Ramób Sampayo (en la tercera fotografía desde La Laguna, en Tenerife), y otros que me dejo, me parecieron excelentes y me permitieron no intervenir demasiado ni monopolizar la conversación, como me acusan otras veces, jeje. Analizamos en forma teórica la obra, tanto en sus vertientes estética como ética, se habló de los autores que interesan a Ovejero, de las anécdotas en torno a la portada y en realidad del mundo en el que vivimos.
Ayer todos sabíamos que la ficción nos ayuda a pensar.
Y, como dijo en cierto momento Ovejero, el lector es el fantasma que lee por encima del hombro mientras el autor escribe su obra, aunque no crea en fantasmas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario