Este jueves 23, a las 19 h., en la librería Antonio Machado que está en el Círculo de Bellas Artes (una de mis casas), el actor Toni Zenet y yo acompañaremos a la escritora malagueña Presina Pereiro en la presentación en Madrid de su libro de poemas recién publicado que se titula "Arde Prometeo". De Presina he leído dos de sus novelas, y luego se incorporó este pasado curso a la tertulia del Café Gijón. No nos conocemos personalmente, salvo las charlas que hemos tenido por Zoom y por teléfono. La idea es que tengamos una tertulia con el público, como en cualquiera de las tertulias del Gijón.
Ahora me tomo el primer café de este verano que está a punto de comenzar, además en el Día Europeo de la Música, y escucho una obra de Beethoven, su ballet "Las criaturas de Prometeo".
La primera representación del ballet fue en Viena en 1801. El texto ha desaparecido y conocemos el argumento por las informaciones de aquella época. La obra celebra a Prometeo como bienhechor de la humanidad por medio de la conciencia y de las artes, uno de los temas preferidos por Beethoven y su concepción de la misión social del arte. Aparecían dos estatuas, que, por la potencia de la armonía, se animaban y participaban de las pasiones humanas. Prometeo las conducirá al Parnaso, donde Apolo las instruirá en la música, el arte y la danza al cuidado de Amfión, Arión, Orfeo, Melpómene, Talía, Terpsícore, Pan y Baco. Al final se escucha el tema que Beethoven utilizó en varias ocasiones, como en la Sinfonía Heroica.
Agradezco a Presina que, con su libro, me haya hecho pensar en estas cosas.
Y ahora me voy al Concertgebouw de Amsterdam, camino de otro examen mientras llega el verano:
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