sábado, 4 de junio de 2022

"El síndrome de la tertulia del Gijón, una camiseta de Pollock y Led Zeppelin IV".

Hablando ayer durante un rato con el profesor y escritor Javier del Prado, me comentó que tiene el síndrome de abstinencia tras haber terminado la tertulia on line del Café Gijón por este curso. Las va a echar de menos, añadió. Por otro lado, hablando también el otro día con el arquitecto Santiago Martínez Sáenz, que dirige las tertulias conmigo desde hace muchos años, me comentó que está deseando que vuelvan las tertulias presenciales a la cripta del Gijón, ya que no le gustan las virtuales.
 
Recuerdo cuando hacía mis tertulias literarias solo con mis alumnos y algunos de sus amigos, todos en torno a los 20 años (yo también era más joven, por supuesto). A veces aquellos jóvenes novelistas y poetas que querían comerse el mundo me pedían que hiciéramos las tertulias en un Burger, un McDonalds o un Vips y nos alejáramos de la Universidad y los Cafés emblemáticos de Madrid. Yo me reía y me encogía de hombros, como suelo hacer cuando no me interesa lo que me dicen, mas ellos insistían en que había que modernizarse, dejar de escribir una literatura tan caduca y convencional, del siglo XIX, sentimentaloide, neorrealista, de bestsellers, historias infantiles y policíacas, y situarse en esta época que nos ha tocado y que está atravesada por la ciencia y la tecnología, y la "Inteligencia Artificial". Como me considero moderno, posmoderno o poscontemporáneo, el otro día estuve charlando en la terraza de un Starbucks -vestido con pantalones cortos, zapatos blancos y una camiseta que parecía diseñada por Pollock- con la filóloga de la Universidad Autónoma de Madrid Yolanda Brown, sobre la tesis doctoral que escribe respecto del simbolismo y los mundos posibles de mi obra literaria (está en la foto que sacó Paqui junto a Justo hijo). El Starbucks suele llenarse de jóvenes extranjeros, por el carácter universitario de este barrio, y habitualmente se ven muchos ordenadores, apuntes y libros sobre las mesas.
 
Ahora me tomo un café y escucho un disco pensando en aquellos jóvenes escritores de mi tertulia a los que les apasionaba este tipo de música (hace poco me encontré a uno de ellos, Pablito, que es diplomático por el centro de Europa; antes estuvo en la Embajada de Irak) y que me invitaron a escuchar una fría tarde de invierno en casa de uno de ellos. 
 
"Stairway to Heaven" (min. 14.30) había reinventado el rock unos años antes:
 
 

 

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