Esta fotografía siempre me ha resultado curiosa e, inevitablemente,
me ha llevado a pensar en uno de los mejores cuentos de Cortázar, "Las
babas del diablo", y una de las mejores películas de Antonioni, "Blow
up", inspirada en ese relato, aunque aquí no hay asesinatos, claro.
En ese preciso momento estoy presentando mis "Cuentos de los viernes"
(2015) en el café "Puro Teatro" de Madrid. A un lado, difuminado -como
si se tratara de la propia vida dentro de la literatura-, aparece
el rostro de Tomás Albaladejo, catedrático de Literatura Comparada en
la Autónoma de Madrid, de la que fue Decano. En su momento estudié en la
Complutense sus análisis sobre los Modelos de Mundos Posibles, que
después apliqué a varios ensayos. Ahora somos buenos amigos.
De esa sorpresa se ocupa el cuento de Cortázar, de todo lo que aparece
en una fotografía y no esperábamos que estuviera allí. Es la
interpretación de lo inesperado, incluso de lo fantástico. ¿De verdad se
encontraba Albaladejo en ese café tras presentar mis cuentos? ¿Lo había
estudiado yo en la facultad? ¿Y si en uno de los rincones de la
fotografía aparecieran otras imágenes, como en "Blow up"?
Ser literatura.
Ser literatura.
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