Un genio vive en este mundo, trabaja,
ama, se divierte y se aburre como todos, pero a la vez posee un mundo
propio muy especial. Si alguna vez te lo encuentras por ahí, a lo mejor
te habla de la actualidad política, cultural y económica, pero en
seguida te sumerge en su mundo, algo que no tiene nada que ver con la
vida cotidiana.
He conocido a algunos artistas geniales en mi vida, y uno de ellos es ese señor al que agarro del brazo en la foto. Se llama Santiago
Martínez Sáenz, es arquitecto y pintor, y me acompaña en la dirección
de las tertulias desde hace más de quince años. Cuando lo encontré por
el camino, ya había levantado edificios importantes -como uno en el
Ensanche de Vallecas, que estuve viendo con él- y celebrado decenas de
exposiciones. Estaba cerca de la jubilación en la Escuela de
Arquitectura de Madrid, en la que había sido profesor de dibujo técnico y
de análisis de formas, y se implicó desde el principio en las tertulias
porque le interesaba la combinación de los dos lenguajes artísticos.
Este lunes pasado la pintora Johana Roldán lo entrevistó en su espacio
de arte de "La Colmena", para hablar del proceso creativo. La charla es
breve, pero interesante. Para ambos, el pensamiento es el que ayuda a
pintar, y viceversa. Primero aparece la dimensión emotiva o sentimental,
pero al final se llega a la intelectual o conceptual, que es la que
consolida el proceso artístico.
De vez en cuando me gusta sentar a algún genio a mi mesa, por si se me pega algo.
La entrevista se puede escuchar a partir del minuto 30.45:
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