"Me gustaría decirte unas palabras y escribir una dedicatoria a la tertulia, como una obra inseparable del conjunto de tu ser. Durante estos 12 o 14 años juntos en la tertulia, escribí más de 10 artículos homenajeando nuestra reunión. Como, por ejemplo: la naturaleza de nuestra tertulia no solo se enfrenta a las preguntas profundas sobre la parte técnica de las obras literarias, también lo hace sobre la vida y el ser. Solamente en este equilibrio se puede hacer una construcción de una mirada propia, de una patria espiritual fundada para un conocimiento limpio, casi cósmico, del mundo interior. Y es también un intento de devolver a la persona su autonomía y libertad frente a esos intocables de la cultura, y a quienes pretenden dominarnos.
"Nos gusta nuestra tertulia porque nunca antepusimos la literatura por encima de cualquier cosa, por el contrario, nos unía más y nos permitía mostrarnos tal y como somos. La tertulia es un medio de emocionarse entre los amigos, ofreciendo las tristezas y las alegrías comunes. Es un intento de salir de lo oficial, de lo convencional, y procurar un nuevo principio, una nueva pasión donde se puede decir la verdad. Y hablar de literatura exige romper con el Dios del intelecto, los tópicos teóricos, las normas generales y las realidades convencionales. Gracias a Justo Sotelo por crear esta Tertulia, por su carácter abierto, por su simpatía, por no dejar que solo hable el invitado y dejarnos a los tertulianos que intervengamos, con nuestras ideas sobre la Literatura y celebrarlo como una gran fiesta.
"Justo y yo:
"Justo Sotelo y yo somos muy diferentes en la manera de pensar y especialmente en el tema de la escritura y la creación. Para mí, la escritura es una travesía a través de uno mismo, un acto de sobrevivencia existencial, delicado y a favor de la voluntad y en contra de la voluntad. Lo que a mí me importa de un buen artista es la llama que lo devora. Solo en este sentido podemos descifrar y comprender los símbolos de estos artistas que arden. Y transformar el dolor en un nuevo placer. Pero para Justo, más bien, hace falta estudiar mucho y leer y leer y leer, y lo que es realmente importante para él, es la parte racional y la técnica de la obra. Como el espacio y el tiempo y, según él, un escritor tiene que ser como un ingeniero o fontanero... Pero por suerte no es así cuando leemos sus posts diarios, llenos de emociones como de un romántico y un sacerdote. Nuestras discusiones ya forman parte de nuestra amistad y casi un punto creativo en nuestra tertulia, de la que estoy realmente orgulloso.
"Entre justo y yo no nos hace falta demostrar la admiración mutua que sentimos, ni hacer elogios uno a otro, al contrario. Actuamos como un viejo chino cuando está satisfecho del trabajo de su discípulo: le mira fijamente y mueve su cabeza por abajo sin decirle nada o como un campesino que nunca expresa su amor por su huerta. Solo observa fijamente y en silencio; a la tierra, a la hierba, a las hojas y al aire, como si fueran recién salidas de las manos de Dios.
"Feliz cumpleaños Profesor.
"Desde aquí quiero agradeceros y os mando abrazos para todos vosotros, por cómo me habéis mirado, por hacerme sentir tan cómodo en la tertulia y con libertad absoluta a la hora de expresarme, a pesar de mis dificultades lingüísticas".
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Hasta aquí el texto de Mariwán que leyó en la tertulia del martes pasado en boca de Susana López. No estoy de acuerdo en algunas cosas que dice, pero cada cual tiene su opinión. Lo que sí es cierto es que en la tertulia y en mi vida no se discrimina a nadie, cada cual dice lo que le da la gana y solo se "prohíbe" la entrada a xenófobos, homófobos, machistas, vanidosos, aprovechados y así. Ahora me tomo un café escuchando esta música, que nos gusta tanto a los dos:
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