Mi novela "Poeta en Madrid" se ha ido al Mediterráneo. Hace unos días mi amiga virtual Eu Bandera Romero compartió desde Málaga esta fotografía y transcribió el principio del libro editado por Huso en el año 2021: "Gabriel Relham y bohemios, en una vieja buhardilla de la calle Atocha de Madrid. (Una chimenea que languidece, una escalera que sube a alguna parte, un mueble medio roto, una mesa con botellas, cuadernos, cuartillas y ordenadores". Bienvenido a casa, Justo Sotelo, tu libro ya está en mis manos, cerca de mí y del Mediterráneo donde también vivirá".
Ahora me tomo el primer café de la mañana y pienso que me gusta estar en las manos de Eu y en esa mecedora de la foto. Cuando era niño viví un año en Mallorca, en Felanitx, un pueblo muy bonito del este de la isla. Desde allí mis padres nos llevaban a mi hermano y a mí a las calas cercanas, Cala Murada, Porto Colom, Porto Cristo. En aquella casa enorme de paredes encaladas, repleta de habitaciones donde me gustaba perderme para inventar sueños e historias y una terraza siempre cubierta por el sol, había una mecedora en la que a veces me sentaba y donde mi madre me contaba cuentos. Siempre la he tenido en mi mente, como uno de los "juegos" de mi niñez. Ya de mayor, me he comprado varias mecedoras.
Siempre me gustará "mecerme" con la mirada de buenas personas como Eu y las melodías de un disco que también llenó mi infancia:
¿Para qué escribe un escritor si no es para decir como Diógenes a Alejandro Magno (el poeta al poderoso) "apártate, que me quitas el sol".
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