Tras aludir a la playa de Taganana, en el norte de Tenerife de la foto de Chema de las 16.42 h., un lugar donde nació, de alguna manera, "Poeta en Madrid", María José me preguntó por la espiritualidad del lenguaje de la novela, Almudena por su estructura, a la que también se refirieron Paqui, Juan y Mirta, Concepción al misterio de la moda que tanto se citaba en esta historia, Cristina a la contemporaneidad del lenguaje, Peter a la reseña que escribió en su día, Mariwan a la carta que escribió para mí y la tertulia y nos leyó Susana, Chema al poema dedicado a mi novela, y, entre los diferentes comentarios y cánticos relativos al "cumpleaños feliz", llegamos a las palabras de Javier. Quiso dar las gracias a la tertulia. Después de 30 años en la tertulia /seminario de todos los miércoles en su Facultad, el hecho de encontrar nuestra tertulia supuso enfrentarse a la libertad y a la posmodernidad. Y aseguró que le fascinaba mi elegancia al escribir, pues nunca caía en la grosería y la descalificación. Dijo más cosas bonitas sobre mí, pero me las callo. Hoy yo brindo por Javier en el día de su cumpleaños, por su bonhomía, por su probidad y alegría. Y hasta por Mallarmé, poeta al que tanto quiere. La tertulia no sería la misma sin Javier.
Mi novela ha buscado meterse en la mente del artista en el instante de la creación, de aquella sensación verdadera de la que nos habló Peter Handke, del instante supremo en que Beethoven escribió esto y a mí me permitió decir, con 11 o 12 años, lo he encontrado y algún día lo contaré en una novela:
No hay comentarios:
Publicar un comentario