Me siento en la arena. No hay nadie cerca de mí.
Alguien me
tira una pelota, que roza mi pie. Levanto la vista y observo a unos
chicos jugando. Se la devuelvo con la mano. La pelota se pierde en el
agua y los niños desaparecen en ella.
Una ola está a punto de mojarme por completo. Estoy vestido y salto hacia atrás, instintivamente.
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