El
otro día encontré esta foto por aquí. Me hizo gracia tanto por el
bombón, como por saber que mi novela "Entrevías mon amour" estaba siendo
leída en Fuerteventura por mi amiga virtual Triky Jor Per.
Podría escribir sobre sus consecuencias políticas, éticas e incluso
morales, aprovechando que vuelve a estar de moda el asunto del Valle de
los Caídos. Sin embargo, no lo voy a hacer, como no lo hice en los cerca
de veinte años en que estuve
escribiendo esa novela, publicada en 2009. Como he dicho otras veces,
tenía que escribirla como un homenaje a mi padre y a todos los que
perdieron aquella guerra, cualquier guerra. Era una obligación que me
impuse, pero siguiendo unas reglas artísticas. La vida personal de cada
uno solo debería interesarle a él y a su familia. El arte es otra cosa.
Aristóteles ya habló hace 24 siglos en su "Poética" de las tres palabras
esenciales de la literatura, la "verosimilitud", la "coherencia" y el
"decoro" (que no tiene nada que ver con su evolución posterior).
Para desarrollar mi argumento, quizá podría leerse el siguiente link.
Santos Alonso, uno de los grandes críticos españoles, contextualizó
históricamente la novela en "La Revista de Libros", realizó un análisis
del lenguaje utilizado y terminó comparándome con William Faulkner, nada
menos:
https://www.revistadelibros.com/articulos/entrevias-mon-amour-de-sotelo-la-herencia-de-la-guerra-civil
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