sábado, 25 de agosto de 2018

"Y así nació la novela moderna".

Hace un rato me dirigía decidido a bajar la empinada cuesta que conduce a una bonita y recóndita cala cuando he resbalado y he dado con mis huesos en el suelo. Una sandalia se ha ido a la derecha, la otra se ha quedado en su sitio con mi pie dentro. Una mano se ha llenado de arañazos, mientras que la otra, intacta, ha servido para levantarme.

"Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primero molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante".

(Durante los instantes en los que he permanecido en el suelo, he pensado en Cervantes. Me parece que era un buen escritor).

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