viernes, 18 de enero de 2019

"Madrid era una fiesta".

Uno de mis escritores favoritos, Ernest Hemingway, escribió una especie de memorias con el nombre de "París era una fiesta", que se publicaron el año 1964, después de su muerte, e inspiraron una de las entrañables películas de Woody Allen. Ahí se encuentran Scott Fitzgerald, Gertrude Stein, Ezra Pound, un joven Hemingway en París. Y a este paso voy a tener que escribir algo parecido con el nombre de "Madrid era una fiesta".

Ayer por la tarde me fui a tomar una manzanilla a la pecera del Círculo de Bellas Artes. Después subí a la terraza de la 6ª planta para contemplar una vez más algunas de las mejores vistas de la ciudad, un lugar lleno de gente joven con ganas de reír, a pesar del frío que hacía. Acto seguido bajé por la suntuosa escalera de mármol, como he hecho tantas veces en los bailes de Carnaval y en alguna fiesta de fin de año. En una planta me encontré con una exposición sobre Van Gogh, con una cola enorme. En la siguiente otra exposición sobre la influencia del rock en la generación beat (es la segunda foto) y en la entrada una exposición sobre el cine de uno de los directores que más admiro y más me ha enseñado a entender el arte, Andréi Tarkovski (las dos últimas fotos son de ahí). Todo ello en el mismo edificio y en la misma tarde.

La verdad es que Hemingway y yo hubiéramos hablado de muchas cosas.




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