domingo, 6 de enero de 2019

"La memoria de un hombre está en sus besos", escribió Vicente Aleixandre en uno de sus poemas.

Hasta el pasado mes de diciembre esta estación del Metro de Madrid que fotografié el otro día se llamaba "Metropolitano", como recuerdo del antiguo campo de fútbol del Atlético de Madrid, construido el año 1923 y destruido durante la Guerra Civil. La casa del poeta que recibió el Premio Nobel el año 1977, nació en Sevilla en 1898 y vivió y murió en Madrid en 1984 está en la calle Velintonia, a escasos metros de este lugar, en uno de los extremos de la Ciudad Universitaria, nacida a finales de los años veinte con Alfonso XIII. En ella se ubican casi todos los edificios de la Universidad Complutense y de la Politécnica, así como gran cantidad de colegios mayores. Aleixandre tenía otra casa también muy poética en Miraflores, un pueblo de la sierra de Madrid, donde suceden algunas escenas de mi novela "La paz de febrero" que evocan al poeta y donde me gusta perderme, como en tantos lugares de este mundo donde también me pierdo líricamente.

Reconozco que siempre he tenido buena memoria.

Feliz día de Reyes y de besos.


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