¿Que por qué me gusta la gente? ¿Y las ciudades y el Metro y los
aviones? ¿He dicho alguna vez que viajar es la mejor medicina contra el
localismo, el nacionalismo y la ignorancia?
El otro día iba en el
Metro hacia el aeropuerto y escuché a los jóvenes de la fotografía
hablar sobre literatura mexicana. Antes de pedirles permiso para
sacarles una foto casual, les había escuchado decir que el artista
apenas tiene tiempo para leer porque la vida
se le va en la creación de su obra y porque leer en profundidad
requiere mucho tiempo. Ella era escritora y él pintor. Fue entonces
cuando me metí en su conversación y les pregunté si les gustaba la
película "Roma", de Alfonso Cuarón, de la que he hablado por aquí hace
poco.
Se abrieron las
puertas del vagón y subimos las escaleras mecánicas en dirección a la
máquina expendedora del billete que cuesta tres euros, y que es
necesario para entrar en el aeropuerto. Hablábamos de la profundidad de
campo de la película de Cuarón, de la fotografía onírica, de las escenas
del mar y de la terraza, de la maravillosa protagonista, de los sucesos
sangrientos contra los estudiantes que refleja la película. Y sobre
todo de cómo se necesitan las personas para dar sentido a la vida, y
estar menos solos.
Nos despedimos con una sonrisa, mientras ella me daba las gracias por la conversación.
Su sonrisa valía por un mundo.
Nos despedimos con una sonrisa, mientras ella me daba las gracias por la conversación.
Su sonrisa valía por un mundo.
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