Amanece.
Me tomo el primer café de la mañana con el Concierto
de Violín de Sibelius, lo que me recuerda que he escuchado varias veces a
este compositor en el Albert Hall de Londres, lo que a su vez me lleva a
uno de mis "Cuentos de los otros" (Bartleby, 2017):
"Los Alpes".
"La distinguió desde lejos. Era una cabaña de madera en medio del
bosque. También se veía una cascada al otro lado de la carretera.
Detuvo el coche antes de llegar. Cerró los ojos. Aquello era música o
tal vez la música ya formara parte de su interior.
Las paredes estaban llenas de fotografías de los Alpes. Se fijó en un hombre y una mujer que hablaban entre susurros, frente al ardiente fuego de la chimenea.
Se acerca a la barra y pide un té con leche y dos terrones de azúcar. Luego se sienta en una esquina, se quita el abrigo y la bufanda y finje leer y escuchar música en el teléfono mientras mueve el té con la cucharilla. Quizá alguien piense que está leyendo “La montaña mágica” de Mann y escuchando el Concierto de Violín de Sibelius. Observa de nuevo a la pareja y se imagina su historia de amor. Mira hacia la ventana y recuerda que hace años estuvo con ella en la montaña de ahí afuera, esquiando, y sufrió un accidente. Era su primer viaje juntos y estaban enamorados. Quizá por eso ella no quiso trasladarle a España, para no olvidarse nunca de ese lugar. Le enterraron en el cementerio del pueblo y un cura joven dijo unas palabras.
Desde entonces sueña con la nieve".
(Esta es la música que inspiró el relato, y que escuché innumerables veces antes de ponerme a escribir. Quería interpretar esta música a través de la literatura, si es que algo así puede hacerse:
https://www.youtube.com/watch?v=gpS_u5RvMpM)
Las paredes estaban llenas de fotografías de los Alpes. Se fijó en un hombre y una mujer que hablaban entre susurros, frente al ardiente fuego de la chimenea.
Se acerca a la barra y pide un té con leche y dos terrones de azúcar. Luego se sienta en una esquina, se quita el abrigo y la bufanda y finje leer y escuchar música en el teléfono mientras mueve el té con la cucharilla. Quizá alguien piense que está leyendo “La montaña mágica” de Mann y escuchando el Concierto de Violín de Sibelius. Observa de nuevo a la pareja y se imagina su historia de amor. Mira hacia la ventana y recuerda que hace años estuvo con ella en la montaña de ahí afuera, esquiando, y sufrió un accidente. Era su primer viaje juntos y estaban enamorados. Quizá por eso ella no quiso trasladarle a España, para no olvidarse nunca de ese lugar. Le enterraron en el cementerio del pueblo y un cura joven dijo unas palabras.
Desde entonces sueña con la nieve".
(Esta es la música que inspiró el relato, y que escuché innumerables veces antes de ponerme a escribir. Quería interpretar esta música a través de la literatura, si es que algo así puede hacerse:
https://www.youtube.com/watch?v=gpS_u5RvMpM)
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