Lo hago
durante el tiempo que me pide la historia que deseo contar, incluso
veinte años, como me ocurrió con "Entrevías mon amour" (2009). En cierto
momento entendí que el personaje principal tenía que evolucionar
conmigo o yo con él. Solo ha habido una excepción, "La paz de febrero"
(2006), que apenas tardé tres años en escribir. La delirante invasión de
Irak me llevó a plasmar en una novela la impotencia que sentía como ser humano, por esa guerra y por todas las guerras.
Hace unos pocos días mi amiga y tertuliana María Victoria Huertas me
dijo que la había comprado porque le apetecía leerla. Lo ha hecho visto y
no visto, y ha escrito estas palabras en su muro de Facebook: "Ayer
terminé de leer la novela de Justo Sotelo "La paz de Febrero", una
novela que nos lleva a esos días del inicio de la Guerra de Irak y a su
incertidumbre y recuerdo. La sencillez de los personajes se mezcla con
la literatura, la música, el dolor, los sentimientos de lucha por ser
felices, con esa elegancia, respeto y generosidad que Justo Sotelo pone
siempre en sus novelas".
Después de leer estas palabras, pensé que si los malos supieran escribir comprenderían que las guerras solo se ganan aparentemente.
Después de leer estas palabras, pensé que si los malos supieran escribir comprenderían que las guerras solo se ganan aparentemente.
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