Hace poco se celebró el
Día Internacional del Teatro, pero no escribí nada al respecto por aquí,
a pesar de ser una de las manifestaciones artísticas que más me
interesan.
El otro día estuve viendo la adaptación teatral de la
película de Billy Wilder "Uno, dos, tres" (1961), una de las obras más
divertidas e inteligentes de la historia del cine, con su famosa sátira
sobre el comunismo y el capitalismo centrada en el directivo de
Coca-Cola en Berlín, interpretado por un
James Cagney memorable. Además de reírse y pasárselo bien un par de
horas, el objetivo de la función era recaudar fondos para la Fundación
de los jesuitas ORV (Organización para la Reconstrucción de los pueblos
más pobres de la India). Sus esfuerzos van dirigidos a la casta de los
"intocables", que son los que siguen recogiendo los excrementos en las
ciudades, cazando ratas y pescando moluscos. Los "dalits" viven en unas
condiciones de pobreza extrema y sufren una gran desigualdad económica y
discriminación social. Lo peor para ellos es que si nacen en esa casta
es posible que mueran sin haber podido salir de ella.
Hola, recuerdas dónde la viste o la compañía que la representó? Gracias
ResponderEliminar