Umberto Eco habló del lector ideal en las apostillas a su célebre novela, ese lector que sigue siendo fiel a su mágica historia de la Edad Media después de leer las primeras 100 páginas y ya no dejará de leerla hasta el final. Ayer yo encontré esa fidelidad en mi amiga virtual María Mercedes Muñoz desde las 30 páginas. María Mercedes pidió mi novela "Las mentiras inexactas" a los Reyes Magos vía Amazon, pero pulsó dos veces el botón y los Reyes le llevaron a Marbella dos ejemplares, así que uno se lo regaló a su nieto. Ayer lo contaba así en su muro: "Al lado de mis gatitas, en una hamaca de una parte de la terraza cerrada por cristales, empecé a leer "Las mentiras inexactas" de Justo Sotelo. Cada 30 páginas vuelvo a leer y a subrayar los párrafos que más me han llegado. Me he comprometido con una personita muy importante para mí, que está leyendo otro ejemplar del mismo libro, a comentarlo dentro de un par de meses. Nora entra en una librería y Sergio Barrios, el librero, la recibe y entablan una conversación. Sergio habla de sus clientes, entre los que está el mismísimo Justo Sotelo, y le asegura que vivimos en varios mundos a la vez; cada uno tiene sus propias normas, y están conectados por pasadizos interiores que permiten traspasar paredes, personas y épocas. Me está encantando este libro diferente, interesante y muy entretenido". Ahora mismo yo estoy a miles de kilómetros de distancia, aunque, por arte de magia de la literatura, aparezco en esa novela y entro y salgo de la librería de la Plaza Santa Ana, y por tanto de las páginas que está leyendo María Mercedes. A la vez me estáis leyendo otras personas a través de esta red social. Si alguno no las habéis leído, os pongo el link de esas apostillas de Umberto Eco, un breve tratado de teoría de la literatura que resulta ser una verdadera joya que hemos analizado varias veces en mi tertulia.
Todo sea por amor a la literatura y a los gatos. ¿Quién dice que esto de la literatura no es de personas divertidas e inteligentes?
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