He visto algunas de las películas que se
proyectan estos días en los cines, como son "Jojo Rabbit", "La verdad" y
"1917", y en general están bien, pero ninguna me ha llamado la atención
para escribir algo sobre ellas. Ayer por la tarde, para despejarme, me
metí en los Golem (dónde si no) y vi la última película del director
sueco Roy Andersson. Y esto ya es otra cosa. Se llevó el premio al mejor
director del último festival de Venecia, aunque es posible que
se vea muy poco en España. Este es otro motivo por el que me apetece
comentarla. En apenas una hora Roy Andersson nos cuenta la historia de
la humanidad, sus miedos, amores, guerras, descuidos, aprecio y rechazo
de lo demás, encadenando cuadros con una gran amplitud de campo como si
estuviéramos en un museo de tonos grises y marrones, y fuéramos viendo
cuadro tras cuadro desde una cierta distancia, siguiendo la idea de "Las
mil y una noches". El leitmotiv lo constituye una pareja que flota más
que vuela sobre una ciudad de Colonia que ha sido devastada por la
guerra (en claro homenaje a los amantes de Marc Chagall), un padre se
agacha para atar el cordón del zapato de su hija bajo la lluvia mientras
van a un cumpleaños, un ejército derrotado se dirige a un campo de
prisioneros, unas chicas bailan delante de un Café y al final todos las
aplauden, un sacerdote ha perdido la fe, un muchacho nunca ha conocido
el amor.
Y nieva.
(Este es un tráiler de la película:
https://www.youtube.com/watch?v=4UCB8si15mk)
Como me gusta tanto el arte contemporáneo, mientras la veía pensé en el mundo del videoarte y el aforismo visual, y me dije que otra forma de mirar y de escribir es posible. Seguro que Edward Hooper pensaría lo mismo que yo.
(Este es un tráiler de la película:
https://www.youtube.com/watch?v=4UCB8si15mk)
Como me gusta tanto el arte contemporáneo, mientras la veía pensé en el mundo del videoarte y el aforismo visual, y me dije que otra forma de mirar y de escribir es posible. Seguro que Edward Hooper pensaría lo mismo que yo.
El universo pictórico de Edward Hopper y su fascinación por el cinematográfico se asemejan a la mirada artístico-literaria de Justo Sotelo. Ambos cinefilos confesos tenéis ciertos paralelismos. Digamos que, os atrapa la misma mirada de la realidad, influenciada por la fotografía y el cine en la que entendéis la obra como una verdadera ventana frente a la misma en la que, cada uno realiza su propia deconstrucción de la misma para alcanzar el objetivo de su proceso creativo.
ResponderEliminarLos cuadros de Hopper se asemejan a fotogramas que afrontan las escenas mundanas igual que las escenas literarias del universo narrativo de Justo. El interés técnico del cine os ha influido a los dos desde el punto de vista estético y escénico. Os ha aportado una mayor profundidad de las coordenadas cronológicas y espaciales, una concepción metafórica del cine y una mayor amplitud de los planos, el movimiento, la cámara etc para ser meros observadores de los elementos que os rodean, de los personajes de vuestras creaciones, de la perspectiva y personalidad de vuestras obras, de la luz y el fondo de vuestros escenarios narrativos.
La frontera entre la realidad y la ficción gravita en una mirada reflexiva al arte de nuestro tiempo y a su propia naturaleza intangible. Eres un artista Justo, un cinefilo empedernido, un intelectual del XXI. Un beso y gracias por compartir y difundir a diario tanto conocimiento, pensamiento y cultura.
Iré a ver esa peli 📽 esta semana.