La primera canción que escucho esta mañana mientras me tomo un café es "No puedo evitar enamorarme de ti". La música y la literatura de mi vida la llenan Mahler, Beethoven, Wagner, Sibelius, Mozart, Chopin y cosas así. Sin embargo, esta fue la primera canción que bailé agarrado una noche en uno de aquellos Cafés con música que imitaban a los de París y que se llamaba Columbus. Estaba al lado del mar, la luz era suave, emocionante, sincera, tierna, apasionada, virgen, como sus besos.
Y esas cosas no se olvidan, como la noche de Reyes:
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