Ayer Platón hubiera cumplido 2499 años, más o menos, y quizá por eso la Facultad de Filología de la Universidad Complutense organizó una jornada de homenaje a Antonio Garrido Domínguez, catedrático emérito de "Teoría de la Literatura", que ha cumplido alguno menos. Conocí a Antonio como alumno en la Facultad en 2006, me enseñó varias asignaturas de literatura y me dirigió la tesis sobre Murakami (siempre le agradeceré que me recomendara leer a Dolezel). Y nos hicimos amigos, comimos juntos muchas veces (como en la primera foto con Pilar Azorín-Albiñana y Sonia Arranz, tras publicar un libro sobre Cervantes y el Quijote) y ha sido tertuliano varios años. Ayer inauguró la jornada de homenaje (segunda fotografía) el director del departamento Claudio Felipe González Alcázar, que me dio clase de "Poética y Retórica", luego habló el vicedecano Emilio Peral Vega y acto seguido Ángel García Galiano, que tuvimos como invitado en la última tertulia del Café Gijón. Como tenía muchas clases, solo me pude quedar a la primera conferencia. "Actualidad de la teoría de la novela", del catedrático de la Universidad de Zaragoza Luis Beltrán Almería (estuvo en el tribunal de mi tesis). Llevó a cabo un análisis interesante sobre la estética en la literatura a partir de las obras de Bajtín y Lukács. Sus palabras aludieron al conservadurismo de los estudios literarios, que se olvidan del análisis de la forma interior, la consideración de los géneros, la propia evolución histórica y social, la arquitectura compositiva, el puente entre la cultura popular, oral, y la escrita, y la interpretacón de la novela que se está haciendo desde una aproximación periodística, superficial. La novela actual es demasiado hermética y ensimismada, y se olvida de recoger la filosofía de la estética.
En fin, siempre es interesante escuchar a personas que reflexionan con tranquilidad sobre las cosas, en este caso sobre la actualidad y el futuro de la novela.
Por la noche me dormí pensando en Platón y en esa idea de que la historia del pensamiento occidental no es más que una nota a pie de página de su filosofía.
Y mientras termino de escribir estas palabras escucho la sinfonía de mi vida, la misma que escuché ayer en dos ocasiones:
No hay comentarios:
Publicar un comentario