miércoles, 30 de noviembre de 2022

  "Una tertulia deliciosa con el poeta Santiago Sylvester".

"Empecé escribiendo por desesperación y terminé haciéndolo por vicio, por placer", nos dijo ayer en el Café "Casa Manolo" el poeta de Salta, Argentina, Santiago Sylvester, uno de los más premiados de su país. Y esto me recordó una pregunta que me hizo una vez nuestro arquitecto Santiago Martínez (ayer no pudo acompañarnos) en el sentido de que por qué seguía haciendo tertulias después de tantos años si la literatura no tenía ningún secreto para mí. Al irnos Concepción Heras Elvira me comentó que se sorprendía de que yo escribiera tanto cada día. Como es obvio las respuestas están en las palabras de Sylvester. Soy de mi época, la acepto y me divierte, una época llena de videos, podcasts, fotos, etc, pero la literatura, la palabra escrita resulta incomparable, ya que es un puro placer que me permite pensar y reflexionar con tranquilidad. Y por todo ello me gustó escuchar a nuestra arquitecta María José Muñoz Spínola en su análisis del libro de Sylvester que la poeta Pilar S. Tarduchy tiene en la mano en la última foto que he compartido, "Estar de paso. La forma de la poesía" (Visor, 2022) y que nos recitara un poema de la antología de Sylvester que también está en esa fotografía, ahora en las manos de Esteban Caro, un joven doctorando argentino que nos acompañó ayer y que está realizando una tesis en la Universidad de Salamanca sobre Sófocles. Pero confieso que lo que más ilusión me hace es ver a una institución como Javier del Prado prepararse con tanto cariño e interés el análisis en profundidad no solo de esos dos libros de Sylvester, sino de otra antología que le publicó también la editorial Visor, "La conversación" (2017). Y que entre los tres (hice intervenir a Leonor Fleming, la esposa de Sylvester, que es filóloga y ensayista) nos hablaran del endecasílabo, el alejandrino, el verso libre, y Platón, Boscán, Garcilaso, Lugones, Darío, Gil de Biedma, Valente.
 
Después de casi dos horas de conversación salí a la calle Princesa (charlando con Peter Redwhite y Juan Tena) con esa sensación tan agradable que experimento cuando me como una de las frutas que más me gustan o escucho cierta música. Vale, Madrid no es París, pero con estas tertulias siempre tengo la sensación de encontrarme en Saint-Germain-des-Prés, en el Café de Flore que tanto gustaba a Sartre, Beauvoir y los existencialistas, y el Café Les Deux Magots, el preferido de Cortázar.
 
Es el sabor de la manzana:
 
 
"La rótula".
 
"De la rótula conozco, sobre todo, la palabra rótula.
No sé qué sabe la rótula de mí, tal vez que hablo solo
y duermo de a pedazos,
pero ocurre que nos necesitamos, nos debemos
favores, y eso cuenta al hacer el inventario.
 
Ella es un énfasis entre vocales graves,
yo un peso arbitrario, propenso a caminar sin rumbo.
Ella viene del latín, de boca en boca,
yo vengo de Salta, de tropiezo en tropiezo.
Ella se incrusta como un acorde haciendo fuerza,
yo digo mi opinión: enfermedad sagrada que
agradezco a Heráclito.
 
Y aquí estamos los dos, sin saber el uno
casi nada del otro, pero ambos
capeando el temporal cuando lo premonitorio
habla de una dura década
que ya habrá comenzado,
y el dato de ese cálculo soy yo:
pieza llena de mañas
que ha llegado hasta aquí
gracias a la complicidad de lo que ignora".
............
"Manuscrito verdadero o falso encontrado en el umbral".
 
"El Código de Hammurabi,
las Tablas de la Ley,
los barcos de la Ilíada enfilados hacia Troya,
miran todos en la misma dirección;
el Templo del Sol en la península de Yucatán,
La Niña, la Pinta y la Santa María,
los caballos de Atila y los gansos del Capitolio, miran en la misma dirección;
las matanzas que no han cesado en el tercer planeta
del sistema solar,
los que apuestan a que el alma existe y los que
apuestan a lo contrario,
la caravana que vuelve a Buenos Aires después de
las vacaciones:
agota
toda esa gente que invoca a dioses tan distintos, tal
vez
no vayan juntos ni hacia el mismo sitio: cada uno
con su propia muchedumbre,
con sus necesidades a la vista,
pero todos miran en la misma dirección;
Bach, de quien se dijo que es una prueba de la
existencia de Dios, la atracción del suicidio,
las cuatro estaciones:
las tablillas de Persia, los quipus incaicos, el arte de
callar:
da risa y llanto este mundo terrible, y no hay otro:
aquí
o nada,
y en la misma dirección".
 
("Antología personal (1974-2022). Ed. Zorzal).

 







 
 
 

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