Leí mi primera tesis, la de economía, en Somosaguas, con 26 años, sobre el Venture Capital. La comida la tuvimos en el restaurante Los Remos, en la carretera de La Coruña. A la hora del brindis final con champán se produjo un hecho curioso que se me quedaría grabado para siempre cuando un miembro del tribunal, el catedrático Andrés Fernández Díaz, se puso a cantar "Una furtiva lágrima". De joven él había educado la voz en Italia y todavía mantenía una bonita voz de tenor. Además de ser profesor y el padre de uno de mis amigos, me enseñó la Teoría del Caos y la manera de relacionar la Física con las Matemáticas y la propia vida. Su hijo se casó luego con una de mis alumnas de doctorado, y Andrés se subió al coro para cantar en la iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla el bello "Ave María" de Schubert. El niño era pequeño y nosotros nos quedamos durante unos días en el Hotel Bécquer, que estaba cerca. A la vuelta, en el AVE, se sentó junto a nosotros Jesús de Polanco, dueño del grupo Prisa, es decir, EL PAÍS y la Ser, y Justo hijo se subió a sus piernas. Polanco le canturreó una canción.
Ayer me acordé de estas anécdotas escuchando a Roberto Alagna cantando la romanza de Donizetti en la película de Claude ZIDI Jr., que se ha estrenado este año 2022. Es una película deliciosamente sencilla que me permitió pasear casi una hora por la Ópera Garnier de París, sentarme en las escaleras de la entrada, donde se sientan todos los parisinos que esperan a su cita, ver las pinturas del techo de Chagall y hasta subirme al tejado. Habla del mundo marginal de los suburbios de París, pero con un evidente cariño. El protagonista es un rapero, Antoine (Mohammed Belkhir que es más conocido en Francia como MB14 y el director lo encontró a través de Facebook), que estudia Contabilidad para ganarse un futuro con el dinero que le da su hermano boxeador, y mientras tanto reparte sushi. Un día lleva un pedido a la Ópera y allí conocerá a la profesora Loiseau (interpretada por Michèle Laroque), que descubre por accidente el talento de Antoine y se propone convertirle en un gran cantante de ópera. Antoine tendrá que hacer frente no solo a un entrenamiento difícil al que llega con mucho tiempo de desventaja frente a sus compañeros sino a la falta de confianza en sí mismo. Es interesante cómo la mayoría de los amigos de Antoine, en realidad, no llegan a mostrar ningún rechazo a la ópera y tampoco los jóvenes ricos. Este es un asunto sobre el que llevo reflexionando últimamente, en torno al fin de la lucha de clases y el valor que debemos dar al talento y al estudio, como digo siempre a mis alumnos.
Este es el tráiler de la película:
Este es el precioso final, con Nessum Dorma:
Ya que la fotografía de Pavarotti aparece en la película, me tomo el primer café de la mañana con su voz, en una romanza que es el "leitmotiv" de esta historia:
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